Aprender a hacer el fuego
Andaba libre por el patio de mis pensamientos, cuando me dijeron:
-¿No querés escribir una poesía sobre los maestros?
Fue así que mi patio se deshizo.
Y me puse a pensar un mundo
sin maestros..., sin escuelas..., sin libros.
Me asaltó una pregunta
¿aprenderíamos?...¿cómo lo haríamos?
Una duda surgió.
Si saber, es ver con ojos de conocimiento, los ignorantes serán sometidos.
¡Ah! Un pueblo sin educación, paraíso de tiranos,
me contó la historia esa que aprendí junto a mis maestros.
Me dije ¿cuándo, cuándo vamos a apreder?
La palabra de mis maestros paseaba por mi patio lleno de números
con los que calculé la insensibilidad de los hombres.
Ví la ortografía destrozada y las palabras enmudecidas,
¿todo por qué?
Porque no había ya maestros como los que yo había tenido.
¿Cómo, cómo los hombres van a apreder sin maestros?
Si no está el que enseña,
todo los días tendríamos que aprender a hacer el fuego.
11 de septiembre de 1995
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